ESPETON ó BARRACUDA





El espetón (Sphyraena sphyraena) pertenece a la familia de los esfirenidos y es un pariente cercano de la barracuda tropical.


DESCRIPCION: Su cuerpo es alargado y ligeramente comprimido. Está recubierto de pequeñas escamas cicloides. Línea lateral bien marcada. La cabeza es grande con relación al cuerpo. Los ojos son de gran tamaño. El rostro es grande y puntiagudo. La boca es muy profunda, con mandíbula inferior prominente. El maxilar superior es truncado, y en su extremo se aplica un pequeño lóbulo carnoso que remonta el extremo de la mandíbula alojado en una foseta del maxilar superior. Los dientes son fuertes, de aspecto caniforme. Tiene dos aletas dorsales cortas y bien separadas; la caudal es ahorquillada. Las aletas pectorales son más cortas que la cabeza y se encuentran en posición algo baja. Las ventrales se insertan en la vertical de la primera dorsal.
El pecho es de color pardo oliváceo o gris amarillento o verdoso, con o sin una veintena de pequeñas bandas verticales oscuras según la edad. El interior de la boca es amarillento. El maxilar y las aletas son de color negruzco. El margen anterior de las ventrales es blancuzco.
Alcanza una talla de 1,5 metros, pero el tamaño medio no llega al metro.


HÁBITAT Y DISTRIBUCIÓN: Se encuentra desde el Atlántico tropical hasta el Golfo de Vizcaya y en el Mediterráneo. Es más común en el Atlántico. Prefiere las aguas cálidas.
Tiene costumbres pelágicas, pero con cierta frecuencia se encuentran en aguas litorales, sobre todo los jóvenes. Aparece en fondos de 0-100 metros, a menudo arenosos. No desdeña penetrar en los puertos. Permanece suspendida a media agua, cerca de los veriles, estructuras flotantes y formaciones rocosas.


ALIMENTACION Y DISTRIBUCION: La barracuda se reproduce entre junio y septiembre en el área mediterránea. Los huevos son pelágicos y flotantes.
La dieta del espetón es, sobre todo, a base de peces menores, como clupéidos, lanzones, mugílidos, carángidos (jureles,palometas) y espáridos (obladas,bogas,doradas, pageles,sargos...). También, aunque en menor medida, depreda sobre cefalólopodos.
Los individuos jóvenes son muy buscados por la anjova, pero también son víctimas de los grandes carángidos (serviolas y palometones). Los adultos son capturados por los tiburones.




COMPORTAMIENTO: La barracuda europea es una especie errática, que se desplaza continuamente en busca de alimento y de aguas más bien cálidas. En invierno se encuentra en fondos mayores, donde las aguas son menos frías que las superficiales. En primavera se acerca a tierra y permanece hasta principios del otoño.
Los individuos jóvenes del peto son gregarios y pueden formar bancos bastante copiosos. Los adultos prefieren desplazarse en grupos más reducidos. Los ejemplares de gran tamaño tienen costumbres solitarias.
El espetón utiliza la vista para cazar. Es una especie que prefiere acechar a sus presas. Permanece inmóvil o se desplaza lentamente buscando otros peces. Los ataques del peto no son prolongados. Se reducen a cortas y fulgurantes aceleraciones que culminan con la captura de la presa. En caso de errar no insiste, sino que se se detiene, a la espera de otra oportunidad. Los ataques pueden producirse tanto a media agua como en la superficie.
Suele dedicarse a la caza al amanecer y al atardecer. A medida que avanza el día se muestra más apática y prefiere descender en profundidad. Se acerca más a tierra por la noche y a primeras horas del día.
Cuando no busca alimento, la barracuda permanece suspendida entre dos aguas, atenta a la aparición de cualquier enemigo. Ante cualquier potencial enemigo los bancos de espetones suelen nadar describiendo círculos, más compactos cuanto mayor sea el peligro.


La barracuda europea, pese a ser más común en aguas más cálidas como las del Atlántico canario, juega un importante papel en la ecología de nuestras aguas costeras. A diferencia de los otros depredadores pelágicos (bonitos, anjovas, palometones y serviolas) prefiere tender emboscadas a sus víctimas, con cortas persecuciones. Elimina los individuos disminuidos de las poblaciones presa, mientras que sirve, al menos los jóvenes, de alimento a los grandes depredadores costeros.
Es una especie a proteger por su escaso número en nuestras costas, evitando la sobreexplotación pesquera de sus poblaciones y de la de sus presas y no alterando su hábitat.